De acuerdo a un reciente informe
de las Naciones Unidas, más de 1.050 millones de personas ya viven en zonas
donde el agua es escasa, situación que se agravará notablemente si la población mundial aumenta de los
actuales 7.000 millones a los 9.000 millones de personas estimados para el
2050.
En muchos sectores del planeta,
los ecosistemas acuáticos se están deteriorando rápidamente y las especies se
están extinguiendo. Este problema data de muchos años atrás pero los gobiernos
parecen ignorar el problema que día a día se agrava.
En regiones como las llanuras
del norte de China, la región india de Punjab, y el oeste de Estados Unidos, la
situación ya está llegando al límite.
Diariamente, de forma
directa o indirecta se vierten contaminantes al medio
acuático por parte de la agricultura y la industria. Estas acciones tienen un
impacto sobre la cantidad y la calidad del agua disponible.
Los problemas con el agua
potable se dan en regiones desérticas (en donde no se producen lluvias) y en
regiones lluviosas, en donde el agua "pura" escasea debido a la
contaminación ejercida por el avance de la civilización.
El volumen global de agua
subterránea almacenada bajo la superficie terrestre representa el 96 % del agua
dulce no congelada del planeta. Las aguas subterráneas alimentan los
manantiales y los cursos de agua, conservan los humedales, mantienen la
estabilidad de la superficie
terrestre en zonas de terreno inestable y sirven como recurso hídrico
global y fundamental para
satisfacer nuestras
necesidades hídricas. Si bien
los beneficios que se
derivan de la extracción del agua subterránea son importantes, la
sobre-explotación puede provocar efectos
negativos, como la reducción del
rendimiento del flujo de los manantiales,
la sequía de los
ríos y el empeoramiento de la calidad del
agua.
La actual crisis del agua es en
gran medida un problema de gobernabilidad. La respuesta de los países a la
escasez de agua y a los desastres relacionados con este recurso, a la
distribución de los recursos hídricos transfronterizos, a la gestión de los
recursos hídricos nacionales y el desarrollo de capacidades y de conocimiento,
deben ser responsabilidades compartidas entre los gobiernos y la sociedad
civil. La gestión efectiva y equitativa de los recursos hídricos se ve impedida
por varios factores, como la fragmentación del sector, la corrupción, la falta
de ayudas e inversiones destinadas al sector del agua, instituciones
inadecuadas y la falta de participación de las partes interesadas. Un enfoque
integrado de la gestión de los recursos hídricos es la mejor forma de superar
estos obstáculos.
Hecho por: Sally, News y Bral.
Hecho por: Sally, News y Bral.
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